Brujo

Aunque los brujos fueron la última creación del Primer Inmortal, su importancia y poder no deben subestimarse. Concebidos en la última iteración de los experimentos de Angello Vitale, estos seres superiores fueron creados a partir de una combinación única de su sangre Nephilim, su Gracia del Ángel y una mayor proporción de sangre oscura. Esta mezcla los dota de una naturaleza híbrida: conservan un vínculo con los humanos, heredan habilidades limitadas de los Nephilim y vampiros, y desarrollan capacidades únicas derivadas de su conexión con la sangre oscura.

Una de sus características más distintivas es su vínculo profundo con la tierra, lo que les permite manipular el clima como si fueran una extensión de la naturaleza misma. Este poder los convierte en custodios naturales del equilibrio y les otorga una conexión especial con los elementos naturales.

A simple vista, los brujos son indistinguibles de los humanos, ya que no presentan diferencias físicas evidentes. Sin embargo, su verdadera naturaleza se revela al emplear sus poderes: en ese momento, sus ojos se tornan grises y adquieren un brillo sobrenatural que refleja la energía de la sangre angelical y oscura que fluye en su interior. Este cambio, aunque temporal, es un recordatorio visual de su conexión con fuerzas más allá del entendimiento humano.

Crecimiento y envejecimiento sobrenatural

Los Brujos son una especie sobrenatural profundamente ligada a la magia, lo que les otorga un control sin precedentes sobre su propia apariencia física. Su esperanza de vida es desconocida, ya que no se han documentado casos de muerte por envejecimiento natural desde su creación. Esta longevidad extrema, combinada con su capacidad de manipular su forma física, hace imposible determinar visualmente su verdadera edad, ya que su aspecto es completamente maleable a voluntad.

1. Nacimiento y crecimiento inicial (0 a 18 años): Los brujos nacen y crecen a un ritmo similar al de los humanos. Durante esta fase, no pueden alterar su apariencia y envejecen normalmente.
2. Despertar mágico y estabilización (18 años en adelante): Al alcanzar la mayoría de edad, sus habilidades mágicas despiertan por completo, incluyendo la capacidad de alterar su apariencia física. Desde este punto, pueden mantener cualquier apariencia deseada, desde un niño hasta un anciano, independientemente de su edad real.

Manipulación de la apariencia física

La alteración de la apariencia es completamente consciente y voluntaria. Un brujo podría parecer un niño, un joven adulto o una figura anciana sin que esto refleje su verdadera edad o estado físico. Sin embargo, la manipulación excesiva (como cambiar drásticamente de apariencia con frecuencia) puede resultar en un agotamiento mágico temporal.

Misterio de la longevidad

Aunque los brujos pueden controlar su apariencia, no son inmortales. Su muerte ocurre únicamente por causas externas, como: exceso de agotamiento mágico, ataques letales con armas oscuras o sagradas y en rituales fallidos o corrupción mágica extrema. Además, no se ha documentado la muerte de un brujo por envejecimiento natural, lo que sugiere un potencial de vida indefinida siempre que mantengan un control adecuado de su energía vital.

Los brujos son el resultado de los últimos experimentos realizados por Angello Vitale, el Primer Inmortal. En su búsqueda por crear seres superiores, Angello combinó su sangre Nephilim, su Gracia del Ángel y una mayor proporción de sangre oscura, dando origen a esta especie híbrida única. A diferencia de los Vampiros Progenitores, que descienden directamente de su linaje, los brujos son una creación deliberada, concebida para equilibrar el poder de las huestes oscuras y servir como custodios de la naturaleza.

En la actualidad, los brujos pueden perpetuar su linaje de dos maneras: a través de la unión de dos brujos, lo que garantiza la transmisión de su herencia mágica, o mediante la procreación entre un brujo y un humano, que también da lugar a descendientes con habilidades mágicas. Esta capacidad para reproducirse asegura la continuidad de su especie y mantiene su influencia como una de las fuerzas sobrenaturales más importantes.

La estructura social de los brujos se organiza en torno a los aquelarres, comunidades independientes lideradas por un Gran Brujo o Gran Bruja, quien ejerce autoridad absoluta dentro de su territorio. Estos líderes son seleccionados por su capacidad para guiar y proteger a su comunidad, así como por su entendimiento del equilibrio necesario entre el mundo humano y el sobrenatural. Aunque los aquelarres operan de manera autónoma, en momentos de crisis o desafíos mayores, los Grandes Brujos pueden convocar al Gran Consejo de Brujos, una asamblea formada por los líderes de los aquelarres más influyentes, para tomar decisiones colectivas que impacten a toda la comunidad mágica.

A pesar de su descentralización, la sociedad de los brujos mantiene una fuerte conexión con la tradición y la preservación del equilibrio natural. Este enfoque neutral los convierte en mediadores ocasionales en conflictos entre otras facciones sobrenaturales, consolidando su importancia como una fuerza respetada y necesaria en el orden sobrenatural.